Todo jefe sabe que sus empleados son su patrimonio más importante. Un líder percibe a sus compañeros como su equipo de trabajo, como sus socios.
Mantener la motivación y un horizonte claro al cual dirigirse, implica tener a su vez una excelente relación con ellos y motivar concordancia entre ellos mismos.
Para que esta correlación sea genuina, no debe ser inducida, sino que debe surgir naturalmente para que el resultado sea definitivo.
En este sentido, existen cuatro cosas que un buen líder no pecaría en cometer por el bienestar de su equipo de trabajo.
1- Incentivar acciones en los empleados que el líder no lleva a cabo. Es un golpe contra el liderazgo. La base fundamental de un líder exitoso es el ejemplo. Tus propósitos son alcanzados gracias a tu esfuerzo y el de tu grupo, por lo cual, si tus empleados sienten que solo ellos llevan a cabo tus metas, dejaran de seguirte.
2- Hurgar en la vida personal de tus empleados sin su consentimiento. La vida íntima lo es por decisión de cada quien y curiosear en ella es faltar el respeto a su decisión. Por el bienestar de la salud laboral, deja que cada empleado decida compartir aspectos personales voluntariamente.
3- Pedir autoevaluación y coevaluación. Este tema puede ser complicadísimo puesto que esta situación crearía un ambiente tenso y propicio al conflicto. La idea es conservar el concepto de trabajo en equipo.
4- Presionar directa o indirectamente a tus empleados para que donen a la caridad o participen en eventos sociales. Este tipo de cosas deben suceder voluntariamente. Lo importante en este aspecto es indicarles la oportunidad para hacerlo, pero que cada quien sea libre de decidir y que su decisión no perjudique en ninguna medida su entorno laboral.
El dinamismo laboral es el mejor factor para el desenvolvimiento del empleado, tendiendo a ser más productivo en un lugar que le hace sentir apreciado y respetado, siguiendo a su líder con admiración.