La obtención de los medios económicos para la puesta en marcha de una empresa representa un punto crítico que todo nuevo emprendedor/a debe afrontar.
A las dificultades intrínsecas de crear una empresa -diseño del proyecto, decisiones estratégicas de marketing, operativa productiva o tramitación de las formalidades administrativas-, se añade la necesidad de conseguir los recursos económicos necesarios para el inicio y desarrollo de la actividad. Para ello se deben tener claras las principales funciones del dinero Así lo ha señalado recientemente la Comisión Europea a través del Libro verde sobre el espíritu emprendedor en Europa.
En primer lugar, hemos de tener claro los siguientes conceptos.
– Importe necesario para poner en marcha el negocio. Para conocerlo con exactitud tendremos en cuenta:
* Importe de adquisición de productos para su venta. Para ello el objetivo del volumen de ventas ha de ser previamente marcado, analizando el stock del producto y el tiempo de realización del mismo. Además es previsible que con toda seguridad nuestros proveedores nos exijan el pago al contado de nuestra primeras compras.
* Qué inversiones vamos a necesitar para llegar al objetivo inicialmente marcado de ventas de productos o de servicios.
* Qué gastos generará la empresa, en cuanto a nóminas, electricidad, teléfono, material de oficina, gastos de representación y desplazamientos, gastos de publicidad, gastos financieros y bancarios, etc. para realizar el objetivo marcado.
* En función de nuestro objetivo, cuál va a ser el número de trabajadores que se van a necesitar, para poner en marcha el negocio, y a posteriori.
* Gastos iniciales, tales como escrituras, notaría, impuestos locales y regionales, etc., es decir, gastos que se generarán al inicio de la actividad.
* Fecha en la cuál vamos a comenzar a obtener ingresos. Para ello nos fijaremos en el tipo de servicio a realizar y los plazos de cobro, siguiendo un criterio prudente para no ser demasiado optimista en la previsión de los ingresos iniciales.
* Finalidad de la financiación, es decir, ¿para qué necesitamos el dinero? No es lo mismo necesitar dinero para pagar a proveedores que para comprar una máquina.
Por ejemplo, el stock de productos necesariamente tendrá una rotación, habrá momentos en que necesitemos dinero para comprar dicho stock y momentos en que nos sobre liquidez porque nos han pagado las ventas realizadas. Para eliminar el desfase financiero que se produce necesitamos una póliza de crédito que nos repercuta intereses (gastos financieros) sólo por el tiempo y el dinero que hemos utilizado.
Sin embargo, si entre nuestros proyectos está la compra, por ejemplo, de una máquina hay que intentar financiarla al mismo periodo de amortización que tiene este activo, lo que hará más fácil el pago del mismo.
– Otro aspecto fundamental a analizar es la capacidad que se tiene o se puede tener para devolver la cantidad financiada externamente. Para ello, hemos de realizar una previsión de los ingresos y gastos mensuales que generaremos y así tener una idea de cuánto dinero se puede devolver al mes.