El plan de inversiones

El plan de inversiones

El primer paso para elaborar nuestro plan económico financiero consiste es determinar la inversión y financiación necesarias para montar un negocio, teniendo en cuenta que ambas deben ser consideradas como caras de una misma moneda.

Se considera inversión todo lo que adquiere la empresa en bienes duraderos. Esta definición lleva implícita una comparación, en términos monetarios, entre lo que dejamos de recibir en el presente y lo que pensamos obtener en un futuro, lo que obliga a comparar cantidades de dinero en diferentes etapas temporales.

En el primer apartado se recogerán todas las inversiones que las y los promotores van a realizar durante los tres primeros años de actividad para así poder determinar el volumen de recursos económicos necesarios para que el proyecto se ponga en marcha y desarrolle su actividad.

Distinguimos tres clases:

– Inversiones destinadas a financiar la adquisición de los activos permanentes de la empresa, considerando como tales aquellos que van a durar más de un año y entre los que se incluyen locales, instalaciones técnicas, maquinaria, mobiliario, vehículos y equipos informáticos, entre otros. A esta relación de bienes se le denomina el inmovilizado material de la empresa.

– Inversión para la compra de bienes que no son materiales, lo que se conoce como el inmovilizado inmaterial, donde se engloban los gastos de establecimiento, programas informáticos y otros intangibles como las patentes y marcas.

– El resto de las inversiones corresponderán a activos que van a ser consumidos en el curso del ejercicio y que están directamente relacionados con el funcionamiento corriente de la empresa, constituyendo lo que se denomina activo circulante. En este apartado se incluyen las existencias de almacén (materias primas, producto final y en curso, embalaje), la tesorería (sueldos, viajes, etc) y la financiación de los clientes, dinero de la venta de un producto o servicio cuyo pago se aplaza uno o varios meses.

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