Muchos emprendedores se plantean esta cuestión antes de montar su negocio. Lo primero que hay que dejar claro es que la rentabilidad fiscal de la sociedad no es el único factor a tener en cuenta a la hora de decidir.Además no puede afirmarse que a partir de un determinado beneficio sea más interesante fiscalmente
crear una sociedad mercantil, ya que no se tiene en cuenta el “efecto salario” del socio trabajador, que puede hacer que el beneficio de la sociedad sea cero. Lo vemos con un ejemplo del actual IRPF; con la reforma del impuesto prevista para el año que viene, apenas habría cambios.
Debemos elegir la forma de empresario individual si se dan una o varias de las siguientes condiciones y la valoración de su importancia es superior a las ventajas de una sociedad”.
● Cuando quiera operar con una forma flexible, cuyo inicio y cese son sencillos, baratos y rápidos, y no necesite dar una imagen más corporativa y estable.
● Cuando no tenga claro que el negocio va a ser duradero o mis servicios sean esporádicos y los beneficios no me compensen el constituir una sociedad.
● Cuando la legislación del IRPF incluya nuestra actividad en el régimen de estimación objetiva (módulos), por el que se pagan cantidades fijas de impuestos y las formalidades fiscales están simplificadas. En estos casos habrá que valorar el importe de los módulos de IRPF e IVA frente a lo que pagaríamos en Sociedades.
● Cuando no haya peligro de incurrir en deudas elevadas que pongan en peligro el patrimonio personal, ya que el empresario individual responde con sus bienes.
Ventajas de la sociedad
En algunas ocasiones, es más beneficioso constituir una sociedad porque:
● Se protege el patrimonio personal en caso de problemas y se separa del empresarial facilitando la gestión del negocio y su control económico.
● Se facilita el acceso a financiación bancaria tanto de la sociedad como del empresario que pediría los préstamos como trabajador por cuenta ajena. También es más fácil acceder a las subvenciones, ya que muchas de ellas exigen estar constituido como sociedad.
● Permite un mayor ahorro fiscal (que puede ser aún más si sigue disminuyendo el tipo impositivo para las Sociedades).
● El coste inicial superior de poner en marcha una sociedad suele quedar compensado con el ahorro fiscal por lo que no se sostiene como un inconveniente.