‘Leasing’ y ‘renting’ ¿Un modelo de financiación fallido?

‘Leasing’ y ‘renting’

Leasing’ y ‘renting’ no terminan de despegar a causa del arraigado concepto de propiedad que tienen los empresarios españoles.

Para pymes y empresas de reducida dimensión -aquéllas cuya cifra neta de negocios del ejercicio anterior es inferior a cinco millones de euros-, adquirir equipamiento puede ser un verdadero quebradero de cabeza económico. Diferente es el caso de las grandes empresas. Para éstas, financiar compras importantes puede constituir incluso una oportunidad fiscal.

A diferencia de lo que ocurre en otros países de la UE, como indica el economista Francisco Hernández, el empresario español tiene muy arraigado el concepto de propiedad, por lo que fórmulas financieras como el renting, que no culminan en la adquisición del bien, no terminan de despegar, “a pesar de sus ventajas, entre las que destaca la inclusión del mantenimiento integral del bien en las cuotas mensuales”.

Un empresario afronta la decisión de comprar o alquilar equipos desde la perspectiva fiscal y contable de su organización, más que por el tipo de bien objeto de compra que posteriormente dedicará a su actividad, copiadoras, vehículos, ordenadores o maquinaria industrial, entre otros.

Sin embargo, la vida útil del producto, y no sólo su precio o su aportación al activo de la empresa, es una variable que puede decantar la balanza a la hora de hacer una compra al contado, pedir un préstamo tradicional, suscribir un contrato de renting o uno de leasing. Estos dos últimos productos de arrendamiento financiero, ofrecidos por la práctica totalidad de las entidades bancarias, tienen además ventajas fiscales o contables que el profesional debe conocer para tomar la mejor decisión.

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