El mundo del internet puede ser algo peligroso, poder pasar bajo perfil con identidades falsas les permite a las personas con malas intenciones hacer mucho daño a alguien, a alguna marca o empresa.
Aunque la mayoría está claro de los peligros, aun así publican información sin tomar en consideración aspectos clave para mantener a salvo su seguridad. El mundo está al alcance de un clic, no hay nada más cierto que esta afirmación, por lo tanto, así como lo bueno está al alcance también lo está lo malo.
No se trata de ser alarmistas, pero sí de estar conscientes de ese hecho y prestar más atención a lo que se publica en la red. Se trata de tener un poco de sentido común, el problema es que la cantidad de cosas que podemos ver en internet y en las redes sociales pueden nublar nuestra mente y que eso nos lleve a colocar contenidos que puedan ser peligrosos.
A través de internet se pueden destruir marcas y personas, crear rumores falsos es muy sencillo y la mayoría suele compartir este tipo de información sin verificar si es cierta y qué tan confiable es la fuente. Por lo que simplemente se propaga indiscriminadamente, logrando hacer mucho daño a una empresa o persona en específico. Si vemos las estadísticas, actualmente un 70% de las personas antes de comprar un producto o servicio primero usa el internet para buscar información sobre el mismo.
Es decir, ese 70% podría no concretar una compra si encuentra en su mayoría resultados negativos al buscar el producto en internet. De igual forma, a veces muchos hacen alardes sin querer de objetos caros o quizás muestran, sin darse cuenta, algún fallo de seguridad en la empresa puesto en bandeja de plata para los delincuentes.
Si el contenido es privado, piénsatelo antes de publicarlo
Antes de publicar cualquier cosa en las redes sociales hay que pensarlo muy bien, lo mejor es analizar el contenido y verlo desde muchas perspectivas antes de decidir si exponerlo o no. Puede que se esté consiente que hay contenido blanco o negro, pero hay ciertos que están en gris y que pueden volverse en tu contra si alguien decide llevarlo al lado oscuro.
Si es contenido privado, lo mejor es simplemente no publicarlo, en especial en cuentas de empresas y, si es una cuenta personal, hay que pensar muy bien a qué tipo de público quiero atraer y quiénes pueden ver la información. Más información en este blog.
Una vez que un contenido pisa una red social, por más que sea a un grupo cerrado o solo lo envíes a amigos de confianza, pasa a ser material público y cada persona tiene una concepción diferente de lo que es privado o no.
Amistades/contactos en redes sociales
Hay que tener mucho cuidado con quién se acepta y quién no en las redes sociales, para las cuentas empresariales es un poco más difícil, ya que se ven obligados a aceptar mucha gente, pero aun así, antes de suministrar alguna información, los encargados de las redes deben verificar la veracidad de la cuenta de la persona.
También se debe tener claro el objetivo de cada red social y dependiendo de ella el contenido seleccionar el contenido que se va a publicar. Por ejemplo, si eres emprendedor con un nuevo negocio, no uses tus redes personales para manejar la empresa. Lo mejor es crear desde cero todas las redes y evitar el contacto de cualquiera con información demasiado personal.
Configuración de tu smartphone
Generalmente, desde el teléfono móvil es que se accede a las redes sociales, hay que tener cuidado con las configuraciones de seguridad y privacidad de las mismas, datos como fotos en la nube, geolocalización y gustos es mejor desactivarlos para tener mejor seguridad y no exponernos ante un montón de personas que no conocemos.